El presidente indultó a un criminal reformado, utilizó los terrenos de la Casa Blanca para el discurso de su esposa y supervisó una ceremonia de naturalización para varios inmigrantes.
Los presos solicitaron beneficios federales por desempleo al certificar falsamente que están desempleados debido a la pandemia y que de otra manera no pueden trabajar.
La industria energética de Estados Unidos comenzó a prepararse para Laura reduciendo la producción de crudo a un mínimo que se aproxima al nivel del huracán Katrina de 2005.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de ese país informó que el compuesto del organismo es beneficioso para quienes tienen covid-19, un hecho que generó rechazo de la comunidad médica internacional.