Fuentes locales señalaron que lo ocurrido salió a la luz cuando una de las mujeres presentó efectos secundarios como mareos y nauseas tras ser vacunada.
Pese a que el hombre fue rescatado, los trabajos tardaron alrededor de media hora y para este momento, el daño al cuerpo de Panzo por los químicos asfixiantes ya era irreparable.
Aunque el sospechoso no ha confesado su crimen, la policía sostiene que su principal móvil fue el ruido generado por las máquinas de su compañero de cuarto, las cuales terminaron irritándolo.