Empresa despide empleada tras fingir que hacía teletrabajo
La medida que selló el destino de Cheikho fue la monitorización de su actividad cibernética durante un período de 49 días hábiles.
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Foto: Ilustrativa.
Una destacada empresa de seguros en Australia se ha visto envuelta en una controversia luego de que utilizara tecnología de registro de pulsaciones de teclado en la computadora portátil de trabajo de una de sus empleadas, con resultados catastróficos para su carrera profesional.
¿Qué pasó con la solicitud?
La Comisión de Trabajo Justo (FWC) de Australia ha rechazado una solicitud de despido injustificado presentada por Suzie Cheikho, exconsultora de Insurance Australia Group (IAG), concluyendo que su despido estaba justificado por "mala conducta".
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En un inusual giro, el trabajo desde casa, que ha sido adoptado por muchas empresas debido a la pandemia, marcó el final de la carrera de 18 años de Cheikho en IAG. La investigación realizada por la comisión reveló que Cheikho estaba a cargo de tareas cruciales como la creación de documentos de seguros, el cumplimiento de plazos reglamentarios y la supervisión del cumplimiento del trabajo desde el hogar.
La medida que selló el destino de Cheikho fue la monitorización de su actividad cibernética durante un período de 49 días hábiles. La revisión arrojó que en 44 días no trabajó durante las horas registradas, comenzó tarde en 47 días, terminó temprano en 29 días y no trabajó en absoluto en 4 días.
Además, su actividad de pulsación de teclas fue mínima en varias ocasiones, registrando cero pulsaciones durante un número significativo de horas.
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¿Qué alegó la mujer?
Cheikho alegó problemas de salud mental y acusó a su empleador de tener un "plan premeditado" para apartarla. Sin embargo, los hallazgos de la FWC indicaron que la evidencia demostraba que no estaba cumpliendo con las horas de trabajo designadas y que no pudo proporcionar una explicación convincente para los datos presentados.
El vicepresidente de la FWC, Thomas Roberts, dictaminó que, si bien lamentaba la situación dada la "larga trayectoria de servicio satisfactorio" de Cheikho, no había evidencia de trato injusto por parte del empleador. Roberts concluyó que el despido de Cheikho se debió a una "razón válida de mala conducta".
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